Autor

LEOPOLDO FERNANDEZ VARELA
Pintores Históricos
LEOPOLDO VARELA
Fernández Varela, Leopoldo

( O Porriño, Pontevedra, 1929 - 2007 )

Biografía
Su infancia transcurre en O Porriño hasta que con ocho años se traslada con su familia a Vigo. Es alumno de Dibujo de Carlos Sobrino y comienza a acercarse a la pintura cuando era muy joven. Sin embargo, será Joan Marcé —el paisajista catalán— quien marque su vocación artística. Con dieciocho años pinta del natural con Ramón Rivas, artista que fallecerá de forma prematura. Realiza su primera exposición, con gran éxito de público y crítica, en la desaparecida sala Foto Club de Vigo en 1954. Compagina su faceta artística con el trabajo de comercial que le obliga a viajar continuamente, sobre todo a Castilla y a La Rioja; paisajes que aparecerán en su producción. Obtiene la medalla de plata en la Bienal de Pontevedra de 1972 y su éxito se confirma cuando es seleccionado en 1974 para la Trienal de Arte de Santiago de Compostela, así como en la “Muestra de Artistas Gallegos” de Madrid en 1976. En su deseo de ampliar horizontes, viaja por Europa y se queda fascinado con la obra de Turner; viajará repetidamente a Londres para estudiarla con calma. A lo largo de su trayectoria realiza exposiciones en las principales ciudades de Galicia, así como en otras principales ciudades de España y también en Latinoamérica. Asimismo, se encuentra representado en museos como el Quiñones de León de Vigo, y en colecciones como la de la Diputación de Pontevedra y otras particulares de Uruguay, Venezuela, Francia y Portugal.

Sus referentes estilísticos iniciales se encuentran en el impresionismo. Apasionado de la naturaleza, su temática está focalizada principalmente en el paisaje; le atraen de manera especial los escenarios rurales, los bosques y los rincones marinos gallegos, si bien también pinta numerosos paisajes del centro de España. La acuarela es la técnica predilecta en su etapa inicial, aunque también cultiva el óleo. En su primera etapa muestra una precisión mayor, con una pincelada corta y delgada que refuerza su excelente dibujo, pero sin abandonar la naturalidad. De manera progresiva, la materia gana protagonismo y las pinceladas se vuelven más anchas y pastosas —el dibujo de soporte desaparece— y su pintura se vuelve más abstracta. En la década de los setenta combina el óleo con la acuarela. A partir de 1980 se centra totalmente en el óleo y se dedica casi de manera exclusiva al paisaje, que alterna con alguna naturaleza muerta. Esta obra, que es la que va a consolidar su renombre, la firmará solamente con su nombre y con el segundo apellido; desaparece el primer apellido que figuraba en toda su etapa de inicio.

En las ocho obras pictóricas al óleo que figuran en la Colección Afundación, y que abarcan un amplio periodo cronológico —de 1973 a 2003—, se pone de manifiesto su virtuosismo como paisajista y su amor por la naturaleza, auténtica protagonista de sus composiciones de refinada sensibilidad. En todas ellas destaca la combinación de luz y color mediante una materia que va cogiendo mayor peso conforme pasan los años de manera que se vuelve una seña fundamental de su lenguaje artístico. En estos ocho paisajes se aprecia el gradual proceso abstractivo que sufre su obra, de modo que el componente representativo va cediendo protagonismo a la combinación de materia, luz y color.