Autor

FERMIN GONZALEZ PRIETO
Pintores Históricos
FERMÍN GONZÁLEZ PRIETO
González Prieto, Fermín

( Viveiro, Lugo, 1900 - Madrid, 9 de mayo de 1987 )

Biografía
Fermín González Prieto se crió en Viveiro y en 1901 emigra a La Habana donde vivía un hermano que era joyero. A pesar de que también comenzó a trabajar en el mismo taller de joyería, pronto recibiría una beca para estudiar en la Escuela Superior de Bellas Artes, formándose en un estilo academicista e impresionista.

Posteriormente, ejercerá como profesor de pintura en el Centro Gallego de la capital cubana y tendrá la oportunidad de visitar diversas ciudades europeas para continuar investigando. Finalmente, a comienzos de los años 20, decide instalarse en Madrid donde participa en diversas exposiciones, además de entablar amistad con colegas artistas e intelectuales y comenzar su actividad fotográfica.

Con el comienzo de la nueva década se asentará en su Viveiro natal, compaginando su faceta creativa, pictórica y fotográfica con la docencia como profesor de dibujo en la Escuela de Trabajo. Con el estallido de la Guerra Civil se ve perseguido por el bando franquista. En los años posteriores a la contienda redujo su producción artística y se dedicó a trabajar en negocios familiares y en su estudio de fotografía. Ya cumplidos los 63 años decide regresar a Madrid para retomar la pintura, participando en sucesivas exposiciones a nivel nacional e internacional, sin dejar de tener contacto con su Galicia natal, que seguirá presente en la temática de su producción.

El estilo pictórico de González Prieto se vincula al impresionismo y posimpresionismo con los que había estado en contacto en su época de formación en La Habana. Las obras Filloval, Trascandela, Mosteiro y Casa de Campo se encuadran en el género del paisaje y reflejan las características impresionistas y posimpresionistas mencionadas. A lo largo de la etapa final de su carrera pintó en muchas ocasiones diversos lugares de la alta montaña lucense en los que muestra su interés por la composición y la plasticidad. Así, las líneas marcan la horizontalidad de las escenas, al tiempo que las diagonales crean puntos de fuga otorgando más profundidad a unas vistas que ya transmiten mucha amplitud. Con estas creaciones consiguió gran éxito y reconocimiento en distintas exposiciones en Madrid.

El autor recrea cuatro vistas de entornos rurales de la montaña lucense, en las que, desde un punto de vista alto, se observan amplias zonas de terreno, extendiéndose hacia la inmensidad, protagonizadas por una amplia gama cromática de verdes, azules y grises. Las pinceladas sueltas y empastadas contribuyen a remarcar las ondulaciones del terreno que aportan sinuosidad y movimiento a unos paisajes en los que la presencia humana simplemente se intuye por la inclusión de pequeñas arquitecturas o la delimitación de los campos de labranza.

Cabe destacar que la pintura paisajística de González Prieto se vio enriquecida por su experiencia con la fotografía, a la hora de concebir los encuadres y también en el momento de reinterpretar la naturaleza, provocando que sea el espectador quien acabe por configurar con su observación el resultado final de las obras, en las que los múltiples matices cromáticos en tonos fríos son los absolutos protagonistas. Aunque toma como motivos lugares reales, la interpretación que realiza no tiene porqué ser fiel a la realidad, aproximándose en muchos casos a la abstracción.