Autor

Alvaro de la Vega
Escultores
ÁLVARO DE LA VEGA
González de la Vega, Álvaro

( Paradela, Lugo, 1954 )

Biografía
La infancia de Álvaro de la Vega transcurre en Paradela (Lugo), hecho que tendrá una destacable influencia en su obra. Tras un traslado temporal de la familia a Luarca regresa a Lugo, donde finaliza Bachillerato y realiza su primera exposición de pintura. Con veintidós años se marcha a Barcelona para estudiar Bellas Artes. Hacia 1990 se instala en Corcubión (A Coruña), donde comienza a adentrarse en el universo escultórico; toma como punto de partida la figura, tanto humana como animal. En 1991 realiza su primera muestra individual de escultura en la Galería Tom Maddock en Barcelona. A finales de los años noventa inicia una etapa de prolífica actividad expositiva en destacadas galerías e instituciones, tanto a nivel nacional como internacional (fundamentalmente Francia y Latinoamérica), y su obra comienza a incluirse en prestigiosas colecciones tales como Abanca, Gas Natural Fenosa, Museo de Bellas Artes de A Coruña, Fonds d´art Caixa o la del Museu d’Art Contemporani de Barcelona.

En sus inicios, la pintura es su medio habitual de expresión y se inspira en la fotografía, el cómic o el grafiti. Sus comienzos escultóricos se caracterizan por el empleo de la pintura para potenciar el valor expresivo de sus piezas de madera. Durante la década de los noventa incorpora materiales como el hierro, la cerámica o la piedra, —todos ellos directamente relacionados con la naturaleza o con profesiones tradicionales— aunque la madera será siempre su material predilecto. A comienzos de este siglo, profundiza en la relación de la obra con el espacio e incorpora cables fijados a paramentos o a techos, o cerramientos y soportes que constituyen verdaderas intervenciones en el espacio que ocupan. Actualmente, esa interrelación espacio-obra-espectador sigue siendo el eje de su discurso. Sus esculturas poseen una voluntad de reflexión social o introspectiva, cuyos protagonistas son hombre y animal. El proceso previo de dibujo marca el resultado final donde no acostumbra a personalizar fisonomías para sublimar la expresión. Las huellas de las herramientas se reflejan para mostrar un proceso cargado de “sentimiento puro”, de impulso e inmediatez. Naturaleza y territorio están presentes en su imaginario desde su infancia. Estilísticamente su obra se enmarca dentro de la figuración expresionista aunque, progresivamente, sus figuras se van desprendiendo de una abrumadora soledad y pasan a relacionarse entre ellas, los rasgos van adquiriendo mayor definición y la ropa va cubriendo la desnudez, de manera que evoluciona hacia un mayor realismo y llega incluso a explorar el retrato.

Las piezas que forman parte de la Colección Afundación pertenecen a la década de los años noventa y en todas ellas el cuerpo humano está presente. Cabeza X —la obra más temprana— representa un busto corto, que no muestra el arranque de los brazos. Su marcada verticalidad, y la rudeza del acabado de la madera potencian su expresionismo. También de madera, aunque en este caso combinada con hierro, es la obra múltiple 5 mans dereitas ou parábola da firmeza. Una “firmeza” ejemplificada mediante 5 manos derechas de grandes dimensiones posadas directamente sobre el suelo con sus cinco antebrazos apoyados en la pared. La viveza de las superficies nos muestra unas manos descarnadas en las que está presente la huella del sufrimiento y sirven como instrumento de denuncia. Proporciones, posición y ubicación permiten crear un interesante diálogo entre espacio, obra y espectador. Por otro lado, la obra de hierro fundido Figura y humo, muestra a un hombre erguido desnudo con los brazos entrecruzados queriendo sujetar con sus manos un alambre de humo. Su cuerpo simula estar carbonizado y la iconografía está inspirada en la obra Hombre del cordero del maestro Pablo Picasso.
 

Información

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A Coruña
Tfnos.: 630 232 983
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